viernes, 20 de febrero de 2015

ESCAPARATE NÚMERO UNO

   "El espíritu no va a ningún lado sin las piernas del cuerpo, y el cuerpo no sería capaz de moverse si le faltasen las alas del espíritu". José Saramago.

   ¿Porqué Citar a Saramago una vez más? No sé si es premeditado o si lo va a seguir siendo, pero me atrapa tanto su estilo de la continuidad que me recuerda siempre lo simplona que resulta ser la vida de cada uno, de cada uno que no tenga que luchar por su vida claro -países y gente hay de sobra en éste ejemplo-, pero no éste, no es el ejemplo que puedo citar ahora, no es la esencia de lo que hablo. Lo que hablo es verdaderamente simplón, exteriorizar balancines del pensar y sentir, tratando de encontrar un punto medular, en mí por ahora, en alguien más es posible.

   He pensado en el sentido de escribir ésto, ¿porqué? y sobre todo de escribirlo públicamente; ¿a quién le va a importar? ¿quién lo va a leer? ¿alguien leerá ésto alguna vez? ¿hacia dónde me dirijo en ésta intención? Es probable que sólo quiera recrear mi escritura, ampliamente realizada y pocas veces mostrada... éste es el momento de exponer ¿alguien opinará algo? No lo sé, francamente no pienso en ello.

   Sé y admito que hago ésto por ti, que de ésta forma escribo lo que no te digo, comparto lo que no te tengo y vivo lo que no te arrebato y lo que no te doy. Antier tuve un contacto contigo y de una manera tan evidencial me doy cuenta mucho más que en ningún otro momento, que ahora es tiempo de dejarte realmente, de tomar otro camino, otra distancia, y como ya lo he reconocido varias veces, no he podido, no puedo, no me soy fiel, me traiciono y vuelvo otra vez al mismo lugar, tu nombre vuelve otra vez al mismo espacio que la ha ocupado a mi mente en éste tiempo, sencillamente he pensado que va a ser algo poco menos que imposible lograr desprenderte de mí. Por éso ésta vez tomo otro recurso: que existas en otro plano, escribirte todo y absolutamente todo lo que te voy a querer decir, todo lo que te voy a dar, todo lo que te voy a permitir darme, sin excepciones, tu mundo estará aquí, pienso yo, más que en donde tu persona, porque uno no vive en donde su cuerpo le dice, si no donde más lo necesitan. Simplemente aquí en mis letras siempre podré vivirte, por más que ya no quiera, pero por menos de todo lo que lo deseo.

   ¡Sí! Es justo y preciso el sentido que le busco a ésta actitud escritora, no sé si el que le encuentro, pero sí el que le busco, saber cómo estar contigo y poder vivirte, a pesar de cualquier calamidad, con una y sólo una gran motivación -que es una motivación sólo por impulsar ésta actitud, no porque sea agradable-, la de la gran incertidumbre de saber que va a ser muy difícil, casi nulo, volverte a ver.

   El tiempo es un gran vértigo, y le suele gustar no dejarnos ver.

jueves, 19 de febrero de 2015

ENSAYOS INTERMITENTES A UNA EXTRAÑA JAPONESA

   "No hay nada que canse más a una persona, que tener que luchar, no contra su propio espíritu sino contra una abstracción".

   Así, aludiendo al buen José Saramago, considero no haber mejor forma que esa, de comenzar un escrito destinado a nadie, a todos, y al mismo tiempo a alguien en particular, y que de alguna u otra forma será leído eventualmente por algunos, por alguien, o simplemente por el tiempo. A esos algunos que invariablemente pasen su momento y su mente por éstas letras, les dedico el adendum y les envío el mensaje de que ya sea por casualidad, causalidad, profundidad u ocio, puedan sernos útiles éstos intercambios de palabras, ideas, sentires y demás lindezas de nuestra humanidad. A ése alguien en particular, no tengo palabras ni ideas atinadamente concretas o elocuentes, para decirle lo mucho que debo decir, y que al final del día, es para ésta persona, o por ésta persona, no sabría definirlo, por quien escribiré toda la siguiente emancipación mental.

   La idea no es propiamente mía, aunque no es una locura del todo explayar dentro de un espacio textual, libre y abiertamente público, lo que no puedo hacer público, ¿porqué no puedo? precisamente ésa pregunta es la que desata mi enfática hambre de saciar lo que no puede ser satisfecho abiertamente, y lo que no podré ni en éstos escritos, salvo destellos de exclusión imperativa de los que tal vez no me podré escapar tan fácilmente, mencionar el origen y destino de evidentes tropelías muy hondamente sentidas en el resquicio más profundo de mi mano que hoy escribe.

   Por otra parte puedo aprovechar sacar el mejor partido para ejercitar el recurso de la palabra, la palabra viva, hoy más que vívida en la introspección del harén de letras que quieren escapar de mí control y conjuntar el hilo de emociones que avasallan la difícil relación de mi mente y sentir. Tal vez, si en algún momento propicio el lenguaje lo permite, podría comulgar con la situación emocional de algún lector que en éstos momentos, al leer haga suya la ocasión al sentirse identificado, reconocido, exaltado, o simplemente entretenido por la sucesión de ideas o vivencias que podríamos compartir en mutualidad. Sea como sea hoy simplemente deseo comenzar lo que bien podría ser una expiación emocional a aquello que hoy por hoy tanto, pero en realidad tanto, quiero yo decir.

   La idea es simple; siendo ahora la madrugada de un 19 de febrero del año 2015, pienso que indudablemente hoy es un un buen día para comenzar, más concretamente, hoy es una buena noche para que la difícil relación del corazón y mente digan lo que tengan qué decir. Y así propongo, en el lapso de 365 días mínimos, no necesariamente continuos, aunque pienso que sería lo mejor, desarrollar juntos la habilidad del intercambio de ideas en su relación codependiente con el sentir, yo escribiente desde mis letras, y aquél lector desde su pensamiento, mente u opinión si se cree necesario. Creo muy probable, que más de una persona, en algún momento sentirán empatadas conmigo y con mi sentir.

   Y al final del día la conclusión es; ¡Sí! ésto es por ti, lo pienso por ti, lo escribo por ti, lo proyecto por ti, lo vivo por ti, y el resultado de mis escritos siempre es por ti. Y estoy seguro de que sabes que me refiero a ti, mi mundo, mi más grande y amada persona.